El Colegio Mayor Aquinas ubicado en la Ciudad Universitaria, fue encargado a los arquitectos José María García de Paredes y Rafael de La-Hoz Arderi­us por la Orden Dominicana en 1953. El proyecto incluía: residencia universitaria y religiosa, capilla, servicios generales e instalaciones deportivas, además de un instituto de investigación y una sala de conferencias que finalmente no fueron construidos.

El complejo fue construido sobre una ladera muy pronunciada que condicionó el diseño. El resultado es la creación de distintos bloques interrelacionados con espacios exteriores, abiertos o enclaustrados, según el carácter específico de cada unidad.

El proyecto responde a dos objetivos fundamentales. El primero, la creación de espacios diáfanos, para un espíritu de convivencia y apertura entre los alumnos residentes. A la realización de este propósito se destinan las dos primeras plantas del edificio totalmente abiertas a través de un cerramiento de cristal, al horizonte de la Casa de Campo. El segundo objetivo fue generar un ambiente de concentración y estudio. El diseño del bloque vertical, destinado a la residencia de los alumnos, responde a esta necesidad con ingenio. Destaca su planta dentada, con los accesos a las habitaciones desde los balcones corridos.

La capilla, también de planta dentada, ocupa una posición central en el conjunto. Todos los elementos dirigen la mirada hacia el altar: la luz que se filtra por los ventanales de “pavés” coloreado con piezas salientes de cemento del artista Carlos Pascual de Lara, así como el suelo y el techo de tarima de madera en espiga.

Fue Premio Nacional de Arquitectura en 1956.