A lo largo de sus más de 6 km de longitud que atraviesan Madrid de sur a norte, el Paseo de la Castellana constituye una de las principales arterias de la ciudad, concentrando a su paso años de historia que han conformado el eje que hoy conocemos.
El nombre lo hereda de una fuente que había a la altura de la actual Glorieta de Emilio Castelar y de su arroyo que dibujó en su cauce el actual eje Castellana-Recoletos-Prado. En esta ruta desde Plaza de Colón hasta la Glorieta de Emilio Castelar, se recorrerán los antiguos palacetes residenciales, construidos a finales del siglo XIX y principios del XX.
Solo una docena del medio centenar de palacios que la Castellana llegó a albergar, han conseguido mantenerse en pie gracias a los cambios de uso para adaptarse a las nuevas necesidades de la ciudad. Se hará hincapié en el contraste que estos palacios presentan frente a las numerosas edificaciones icónicas propias de la arquitectura contemporánea, símbolos del progreso y del crecimiento económico de la capital.