Inaugurado en 1953, el edificio del Instituto Técnico de la Construcción y el Cemento, hoy Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja, es un proyecto de Manuel Barbero y Gonzalo Echegaray, dirigido y supervisado por Eduardo Torroja, ingeniero de caminos y director del Instituto.

Enclavado en la finca “El Bosque” en Chamartín-Costillares, el programa de necesidades suponía un escenario complejo, debido al tipo de trabajos que allí se desarrollarían. Además, el edificio debía ser lo suficientemente versátil para incorporar actividades que surgirían de los avances propios de la investigación.

El proyecto se formalizó con un conjunto de volúmenes articulados entre sí y cuidadosamente adaptados al entorno, delimitando e incorporando el lugar como parte de la composición. La construcción se concibió mediante la modulación y la estandarización del mayor número de elementos constructivos posible para optimizar los recursos, y actuar como elementos compositivos identitarios.