El Palacio de Parque Florido fue la antigua residencia del matrimonio de coleccionistas José Lázaro Galdiano y Paula Florido. Proyectado inicialmente por José Urioste a semejanza del pabellón de la Exposición Universal de París del año 1900, la dirección de las obras también pasó por los arquitectos Joaquín Kramer y Francisco Borrás, que se vieron obligados a alterar la idea original. Pese a todo, tras su inauguración oficial en el año 1909, fue considerado como uno de los palacetes más opulentos de la época, tanto por su arquitectura como por la colección artística que iría albergando. Sus salas permiten conocer el escenario donde la intelectualidad y la alta sociedad madrileña tuvieron uno de sus espacios predilectos de encuentro. Su ecléctica decoración combina referencias a la historia de España y los gustos artísticos del matrimonio con lujosos parqués importados desde Baden-Baden, detalles neoplaterescos o sorprendentes estucos trabajados por artesanos franceses. Actualmente, es uno de los ejemplos más representativos y mejor conservados de la arquitectura burguesa madrileña de este período. 

El Museo muestra un total de cuatro mil ochocientas veinte piezas distribuidas en las cuatro plantas del edificio siguiendo un esquema sencillo, complementado con textos de planta y de sala, que permiten conocer y disfrutar de la calidad y variedad de la Colección de arte que incluye obras de Goya, El Greco, Zurbarán y el Bosco, además de bronces, cerámicas, cristales, textiles, medallas y armas de valor extraordinario.