Las ciudades son muy relevantes, no solo para el mundo de la arquitectura y el urbanismo, sino también para la economía o la política. A esto se unen previsiones como el aumento de la población urbana, que se duplicará en cuarenta años, lo que supone un cambio acelerado de magnitud sin precedentes en la historia de la humanidad.

Al margen de las causas, esta presión de crecimiento impacta directamente en el funcionamiento de la ciudad y de su gobierno, además de hacerlo en la calidad de vida de sus habitantes, por lo que debemos asegurarnos de que las ciudades mantengan su esencia como espacios de innovación, cultura y bienestar. Por ello, igualdad y sostenibilidad son dos de los objetivos que hay que alcanzar, a pesar de los desafíos de cada ciudad y su punto de desarrollo.